Tillandsias – ¡Sí es posible vivir del aire!

Tillandsias – ¡Sí es posible vivir del aire!



En el colegio nos enseñaron que todas las plantas necesitan tierra, agua y aire, pero esto no es del todo cierto, ya que hay una curiosa planta que no necesita tierra. ¿Conocéis la tillandsia o planta del aire?

Las tillandsias, a pesar de su corriente aspecto, no son plantas comunes. Tienen una peculiaridad que las distingue, y es que pueden vivir apartadas del suelo. Es una planta que pertenece normalmente al género de las epífitas (que son aquellas plantas que crecen sobre otro vegetal usándolo solamente como soporte, pero no lo parasitan) y que podemos encontrar en muy diversos ecosistemas, como desiertos, bosques y montañas, contando con más de 650 especies reconocidas. También llamadas «claveles del aire», su apariencia es similar a la del plumero de una piña, cuyo color varía del verde al gris; y a pesar de que se cultivan más por su aspecto que por su flor, también el colorido de ésta resulta un atractivo para much@s.

Las tillandsias hacen uso de sus raíces para crecer sobre otros vegetales y es ésta su única función, ya que por lo general, las plantas las utilizan además para extraer los nutrientes del sustrato en el que crecen, pero no así las tillandsias. ¿Cómo se alimentan entonces? tomando el agua y los nutrientes literalmente del aire. ¿Quién dijo que no se podía «vivir del aire»?

Esto es posible debido a que sus necesidades de agua y nutrientes son mínimas. Sus hojas están cubiertas por tricomas, que son apéndices de la epidermis de las plantas capaces de capturar las gotas de humedad, y de esta manera absorber el agua y los nutrientes que se encuentran en el ambiente. Pero no solo esto, también se encargan de regular la temperatura, proteger contra insectos y de otras muchas otras funciones necesarias para la planta; por lo que resultan de vital importancia para ésta.

Como veis, las necesidades de las tillandsias son bien escasas, por lo que necesitan pocos cuidados, y esto unido a su apariencia exótica y atractiva hacen de la tillandsia una planta perfecta para ser usada como planta de interior. Las combinaciones estéticas que podemos conseguir con ellas son infinitas, ya que existen muchos tipos diferentes y podemos presentarlas de numerosas maneras: enredadas a trozos de madera o troncos, sobre pedazos de corteza o bornizo, o cualquier otro tipo de soporte que imaginemos.

 
Las Tillandsias como plantas de interior es conveniente colocarlas cerca de una ventana luminosa que podemos abrir con frecuencia, ya que adoran el suave movimiento del aire fresco,  y aunque no necesitan casi riego conviene que la humedezcamos un par de veces por semana con agua blanda lo más pura posible, como agua libre de cloro o agua de lluvia (si tenemos posibilidad de recogerla). Como cogen los nutrientes del agua a través de las hojas, el abono ha de ser foliar y de baja concentración,  y basta con hacerlo unas dos veces al mes.
Al igual que con el riego y el abono, tampoco son delicadas en el tema de la temperatura. Si bien sí que son sensibles a las heladas, admiten una temperatura que va desde los 10 ºC a los 32 ºC, aunque hay algunas clases más fuertes que pueden tolerar temperaturas muy bajas de incluso hasta -10 grados centígrados.

En cuanto a la reproducción, puede ser de dos formas, por polinización y producción de semillas o por retoños, siendo esta última la más extendida, al ser más sencilla. Habitualmente después de la floración, nacen retoños en el tallo de la planta madre, los cuales tienen sus propias raíces y  pueden ser separados cuidadosamente y cultivados por separado, ya que se arraigan fácilmente.

Así que ya sabéis. Dar un toque de color a vuestra casa es fácil y sencillo. Os invitamos a disfrutar de las tillandsias en todas sus variedades.

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